Capítulo noveno.
Salgo del agua lo más rápido que
puedo. Lo único que quiero hacer ahora es alejarme y no volver jamás. Doy un
salto y subo el bordillo, Kate me está esperando. ¿Kate? No, ella no es Kate,
no se merece que la llame así. La llamaré… Kate… ¿Take?… ¡Kill! La llamaré
Kill, porque ha matado a Kate (no sé si sigue viva) y porque los dos empiezan
por “K”.
-Bien hecho, Christine. Ahora tenemos que ir a
la sala de reuniones. Os van a explicar para qué vais a tomar las píldoras del
conocimiento.
-Vale.
Al salir completamente del agua,
mi traje vuelve a cambiar y a convertirse en el pesado chándal de antes. Otra
vez calor, aunque esta vez menos, ya que tengo el pelo mojado. Eso me alivia un
poco.
Salimos de la habitación
mientras bebo agua de mi botella. Estoy muy cansada. Espero que dejen que me
siente. Cuando llegamos a la sala de reuniones a través del teletransportador,
puedo observar a todos los habitantes de mi ciudad, Ristow, sentados en treinta
filas de más o menos veinte personas cada una. En frente de ellas, se sitúa un
escenario donde se encuentra la presidenta de Skeyndor, Karelle, y sus
guardaespaldas. Karelle es una mujer de cuarenta y tres años, pelirroja, el
pelo por la mitad de la espalda; y con los ojos azules oscuros, como los míos.
Aparenta mucha menos edad de la que tiene, unos treinta años. No sé mucho sobre
ella, nunca nos hablaron de su vida en el instituto ni Kate me mencionó nada;
lo cual es extraño, porque nos han hablado de todos y cada uno de los
gobernadores, menos de ella. ¿Qué es lo que intentan ocultarnos?
Al fondo de la sala, dos personas
me llaman gritando mi nombre. Me acerco, y veo a Tiya junto a Marcus. ¡¡Tiya!!
¡¡Por fin podré hablar con ella!! Y Marcus… Lo más seguro es que esté enamorado
de Tiya, porque está todo el rato a su lado y no se cansa nunca. Tendré que ir
olvidándome de él. No me extraña, Tiya es guapísima y yo no soy nada a su lado.
Ella tiene el pelo ondulado y castaño claro que le llega hasta la mitad de la
espalda, los ojos color verde azulado, y un rostro increíble. Además, su
personalidad es genial. Nunca la he visto quejarse de nada ni llorar. Siempre
permanece con esa sonrisa tan blanca que le agrada el rostro. ¿Envidia? Puede.
Pero es normal. O, por lo menos, eso creo yo. Pero a veces, me siento mal a su
lado. Siento como si no valiese, como si yo no fuera nada, y en ese tipo de
momentos es cuando me gustaría no existir, desaparecer por un momento y después
volver al mundo que me corresponde. Siento que no tengo nada que hacer en esta
vida. ¿Para qué vivirla, si no vas a valer para nada? Y creo que no les importo
a muchas personas. Sólo tengo a Tiya y a Marcus… Pero él suele pasar de mí últimamente.
Tiene en cuenta a Tiya, y sólo a Tiya. Dudo de nuestra amistad tan “verdadera”.
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