jueves, 28 de marzo de 2013

Capítulo octavo.

Aquí pongo el octavo capítulo. Por la noche seguramente publicaré el noveno. Disfrutadlo.



Capítulo octavo.

Veo como la inmensa ola de agua se acerca con una velocidad impresionante hacia mí. Sumergirme no me va a servir de mucho, pero es lo único que puedo hacer. Aunque si la ola me estrella contra el bordillo, estaré perdida. Así que me adentro lo más rápido que puedo en el mar. Pero el tsunami viene demasiado rápido, y sólo me da tiempo a avanzar unos diez metros. Cojo todo el aire que puedo y me sumerjo tanto que toco el suelo con las manos. Espero a que la ola llegue y, cuando lo hace, la fuerza del agua me empuja y me estrella contra la pared de piedra. No me adentré lo suficiente. El golpe me deja exhausta, pero no me desmayo. Me he dado en la cabeza y en el brazo derecho. Lo más probable es que me lo haya roto. Me duele muchísimo y no puedo moverlo. La cabeza me duele mucho y casi no puedo pensar. Me quedo sin aire. Muevo el brazo que me queda y las piernas, y vuelvo a emerger. Cojo aire, por fin. El agua vuelve a estar tranquila. He sobrevivido, he sobrevivido a un tsunami. Pero me he roto el brazo. Cojo una de los botes de medicina de mi cinturón y me lo tomo. El dolor desaparece tanto de mi brazo como de mi cabeza, y ya puedo moverlo y pensar de nuevo.
-Felicidades, Christine. Has sobrevivido a la primera parte de esta sección de entrenamiento. Llevas en el agua una hora y media. Te falta sobrevivir las siguientes siete horas y media. Suerte-me sobresalto al oír la voz que sale de uno de los altavoces de alrededor mío.
Tengo hambre. Busco en mi cinturón las píldoras del hambre, pero han desaparecido. Entonces recuerdo lo que ponía en el papel azul cielo: “sobrevive nueve horas. No hay animales acuáticos peligrosos, sólo peces grandes y pequeños que tendrás que cazar si quieres comer. Buena suerte.”
Tendré que cazar. No sé cazar. Creo que voy a tener que quedarme sin comer.
Pasan las horas, y me canso. Llevo demasiado rato moviendo las piernas y los brazos. Ya no siento nada. Necesito un lugar donde hacer pie.
Voy nadando, poco a poco, buscando un lugar para descansar. Nado unos cuarenta minutos, y llego al otro extremo del mar artificial que Skeyndor me ha propuesto superar. Al llegar al bordillo, noto arena bajo mis pies. Por fin un lugar para descansar. Y allí me quedo hasta que anuncian:
-Quedan diez segundos. Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno… ¡¡Enhorabuena!! Has sobrevivido.

ME ESTÁN COPIANDO EL BLOG.

Atención, hay una chica que está escribiendo mi misma historia, pero un poco cambiado. No sé como se llama el blog, pero si alguien lo sabe por favor, que me de el link, porque son mis derechos de autor. Gracias.

Capítulo séptimo.

Aquí os pongo el séptimo capítulo. Este es más largo. Espero que os guste.



Capítulo séptimo.

En el papel azul cielo que acababa de coger del suelo, se veía el mapa del circuito en miniatura. Parece más pequeño por fuera, pero por dentro es impresionante. Hay de todo. Son siete secciones (seguramente una para cada día) la primera sección es la única que se ve. Es un mar. Todo está lleno de agua. ¿Se supone que ahí tengo que sobrevivir con las pocas cosas que me han dado? Debajo de la imagen, pone: sobrevive nueve horas. No hay animales acuáticos peligrosos, sólo peces grandes y pequeños que tendrás que cazar si quieres comer. Buena suerte.
Me guardo el papel en el bolsillo, y mi pesado chándal se convierte en un traje de baño muy peculiar plateado. Me aprieta tanto que casi no me llega el aire a los pulmones. Espero que deje de apretarme cuando me meta en el agua.
Oh, no. No me acordaba… No sé nadar. Nadie me ha enseñado a hacerlo. “Mejor morir ahogada a que te mate Skeyndor, Christine. Tienes que hacerlo.” Pienso. Me siento en el bordillo de piedra que rodea, formando un círculo, a todo el mar. Tendrá más o menos un kilómetro y medio de diámetro. Se nota que es la primera sección, ya que no me lo han puesto muy difícil. La mar está tranquila, y no hay animales peligrosos. El agua tampoco está muy fría. Sería fácil… Si supiera nadar. Cojo todo el aire que puedo, y me sumerjo en el agua. El contraste entre el ruido y calor que hacía fuera y el silencio pétreo y el frío que hace aquí dentro es inmenso. Nunca me había sumergido por completo en ningún tipo de agua.
Se acabó el pensar, Christine. Tienes que intentar llegar a la superficie de nuevo.
Muevo los brazos y las piernas, intentando coordinarlas como puedo. Pero no sirve de nada, me hundo cada vez más. Me quedo sin aire… Pero, de repente, toco el suelo de arena fina y blanca. Me impulso con todas mis fuerzas hacia arriba, con ayuda de mis delgadas piernas, y, por fin, aire. Consigo respirar. Pero vuelvo a empezar a hundirme. Me concentro únicamente en cómo llegar a la superficie. Muevo los brazos de arriba abajo, y empiezo a subir. Ya no me hundo. Pero sigo sumergida. Muevo las piernas coordinadamente, de adelante a atrás, y empiezo a emerger más rápido. Hasta que llego a la superficie. Y ya no me vuelvo a hundir, he aprendido a nadar. Me lleno los pulmones de oxígeno. Ahora aprecio más el poder respirar cada día. Era muy agobiante estar ahí abajo, sola, sin ayuda alguna y sin poder respirar. Si esto es sólo el entrenamiento, no me imagino las pruebas.
El agua empieza a cambiar, de repente. La marea empieza a revolverse. Todo empieza a temblar y, al fondo, veo lo que es realmente el objetivo de esta sección del entrenamiento: sobrevivir a un tsunami.

Capítulo sexto.

Os dejo aquí el sexto capítulo. Espero que os guste.



Capítulo sexto.

Cuando nos llega el turno, un robot me entrega un cinturón de supervivencia, el cual incluye un cuchillo de acero, una pistola, una botella de agua, tres botes de medicina, cerillas, píldoras del conocimiento, una linterna, una cuerda, un cable y píldoras del hambre (es la primera vez que veo unas). Es bastante útil. A Kate, en cambio, le dan una especie de papel azul cielo con instrucciones escritas. Kate no deja que lo vea bien, lo dobla y lo guarda en sus archivos.
-Ya sabes-dice el robot que me ha entregado las armas, dirigiéndose a Kate.
-Sí. Lo haré-responde Kate.
-Iros a la planta treinta y cuatro. Allí os darán órdenes.
-Vale, gracias-responde Kate.
Volvemos al teletransportador del edificio y Kate selecciona “planta treinta y cuatro”. Cuando aparecemos allí, la planta está sola. Es bastante grande. Seguramente es sólo para nosotras. Nos espera un robot.
-Hola, me llamo Gwendolyn 1158, pero llamadme Gwen. Me han enviado para explicaros cómo va todo esto del entrenamiento. Veréis, estas cinco semanas de entrenamiento debéis dar lo mejor de vosotros mismos, para poder prepararos lo mejor que podáis para las pruebas. Tenéis cinco circuitos diferentes fabricados por Skeyndor para prepararos. Yo os recomiendo que hagáis uno por semana, aunque no pasa nada si hacéis más de uno. Aquí cada uno hace lo que quiere. Si necesitáis algo, me podéis encontrar en la planta baja.
-Muchas gracias, Gwen- ésta vez no dejo que sea Kate quién responda.
-No las des. ¿Tú eres la amiga de Tiya? ¿Christine Phoinix?
-Sí. ¿Cómo lo sabes?
-Pues…-tras decir esta palabra, una llama de fuego salida de la nada la quema poco a poco, hasta fundirla y matarla. Sus restos se quedan en el suelo, y este los absorbe.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Pero qué…?-no puedo articular palabra. Lo que he visto me ha dejado paralizada.
-Había hablado demasiado. Bien, empecemos a entrenar-me dice Kate, como si no acabase de morir uno de los suyos. Gwen era un robot, como ella. ¿Por qué no está afectada?-. Colócate en la línea de salida del circuito número uno, y coge el papel azul cielo en el que pone lo que vas a necesitar para este circuito, y cómo va a ser el mismo.
Obedezco sin decir palabra. Me coloco en la línea de salida y cojo el papel azul cielo que se encuentra tirado en el suelo. Lo abro. Es impresionante. ¿Así van a ser todos los circuitos? Voy a morir.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Capítulo quinto.

Aquí os dejo el quinto capítulo. Siento haber tardado tanto, pero este capítulo me ha costado mucho hacerlo (aunque es más corto). Bueno, espero que os guste.


Capítulo quinto.

Como esperaba, no contesta la voz de Tiya. Contesta otra voz, mucho mas grave y ronca.
-Tu amiga está en peligro. No te recomiendo que sigas investigando, aunque dentro de unos cinco segundos después de que finalice esta conversación no vas a recordarla. Cuidado con lo que cuentas por ahí, tenemos recursos suficientes como para acabar con tres países de una sola vez.
Después, cuelgan. Y alguien me golpea la cabeza. Lo último que veo antes de desmayarme es un refilón plateado de quien me golpea. Es… Kate.
Al despertarme, me encuentro en una sala blanca. Estoy sola. No recuerdo nada… ¿
Qué hago aquí? Estoy tumbada en una especie de camilla (no muy cómoda), y no tengo ni idea de cómo he llegado aquí.
Me incorporo y voy hacia la puerta de la habitación. Lo único que quiero saber ahora es dónde estoy. La abro, y veo algo impresionante: más de mil personas colocadas en fila, todas armadas y con un robot que los acompaña a cada uno. Entonces, caigo en la cuenta de que hoy empezaba el entrenamiento.
Kate (o quien dice ser Kate) pasa por en frente mía.
-Eh, por fin te despiertas. Tenemos que empezar a entrenar. Acompáñame por aquí.
La sigo por un estrecho pasillo muy oscuro y frío, hasta llegar a una sala en la que pone: SALA DE INSCRIPCIÓN.
Nos colocamos en una corta fila que lleva a una mesa donde hay dos personas sentadas: la que está a la derecha, es una mujer mayor con el pelo largo y blanco, muy albina. A la izquierda, la acompaña un hombre de mediana edad, con el pelo por los hombros y tatuado por todo el cuerpo.
Cuando nos llega el turno, nos preguntan nuestros nombres.
-Christine Phoinix Desh, y Kate 344, su robot.
-Genial. Id a la planta baja, y colocaros en la fila número ocho. Allí os darán las armas para que podáis empezar a entrenar.
-Gracias.
Salimos por la misma puerta por la que hemos entrado, y cogemos en teletransportador del edificio. Kate selecciona “planta baja”, y en cuestión de segundos, ya estamos abajo. Seguidamente, buscamos nuestra fila, la número ocho, y nos colocamos tras unas veinte personas más. Tendremos que esperar unos veinte minutos, así que me detengo a observar lo que me rodea. Estoy en un edificio gris, muy alto y luminoso. Es de los edificios más grandes que he visto jamás, tiene kilómetros de ancho y largo, y unas cuarenta plantas. Hay mucha, muchísima gente dentro, tanto entrenando (en las plantas más altas) como esperando para que les armen, como yo y Kate (en la planta baja). Hay gente de todos los colores y razas. Esto es increíble.

lunes, 18 de marzo de 2013

Capítulo cuarto.


Aquí os dejo el capítulo cuarto. Consejos en los comentarios. Espero que os guste.


Capítulo cuarto.

Son las cuatro de la madrugada, y sigo sin poder dormir. Mañana empezará mi entrenamiento. Nunca he estado tan nerviosa. ¿Estará todo el mundo como yo? No creo, seguro que ellos no son tan cabezotas. Supongo que lo que queda de noche también me la pasaré despierta. Y eso hago, hasta que Kate entra en mi habitación para despertarme, y yo me hago la dormida. No quiero que vea que me he pasado la noche en vela, no me gustaría que se preocupase.
-Arriba, Christine. Tu entrenamiento empieza en cuarenta y cinco minutos.
-Vale. Gracias, ya me levanto.
Me desperezo y, a duras penas, me levanto de la cama. Nunca me había pasado una noche entera sin dormir. El entrenamiento se me va a hacer tres veces más duro de lo que ya es.
Voy hacia el panel de estado de mi cama y selecciono “ordenado”. Listo. A continuación, voy hacia la cocina donde esta mi desayuno. Me lo como en menos de dos minutos, puesto que cuando estoy nerviosa como mucho. Después, voy a mi cuarto de nuevo, y selecciono en el panel de estado de mi armario “nublado”, “cero grados”, “nerviosa” y, cuando voy a seleccionar a dónde voy a ir, veo que Skeyndor nos da una opción nueva: entrenamiento para el fin del mundo. Lo selecciono, y sobre mi cuerpo aparece una especie de chándal negro con rayas verdes a los lados y en el cuello. No me gusta, me queda grande y es demasiado abrigado. Hace calor con esto puesto. Pero me tendré que acostumbrar.
Seguidamente, hago una pausa para mirarme en el espejo, y lo que veo no me sorprende demasiado: es la misma chica de ayer. Pero, en verdad, ¿qué es lo que esperaba encontrarme? ¿La perfección? ¿En mi? Venga, aterriza en el mundo real Christine. Nunca serás así.
Bajo de mi nube y cojo una de las píldoras de limpieza para los dientes. Y aquí es donde se rompe mi rutina diaria desde hacía diecisiete años. Lo normal que hacía ahora era ir a por mi mochila y seleccionar en su panel de estado “teletransportación”  e “instituto”, pero hoy no puedo ir al instituto. Es entonces cuando caigo en la cuenta de que por fin mi rutina se ha roto, es diferente. Llevaba esperando esto mucho tiempo. Al fin sucede algo bueno. Entonces aparece Kate por la puerta.
-Buenos días. Date prisa, empezamos en quince minutos.
Su voz no suena igual. Esta es mas apagada, seria y firme. Kate no es así. Esta no es Kate, no puede serlo.
-¿Te pasa algo? Kate, ¿eres tú?
-Pero qué preguntas más tontas haces. Claro que soy yo.
-No, no lo eres. Kate no actúa así, ni tiene esa voz tan seria.
-Déjate de tonterías. Vamos a llegar tarde.
No le hago más caso. Tiene razón, llegaremos tarde. Conseguiré arreglar esto después.
Saco de mi bolsillo el papel que contiene ni nueva rutina de hoy.
RUTINA DEL SÁBADO, 17 DE NOVIEMBRE DEL 2314.
7:30-Levantarse (hecho).
8:15-Entrenamiento para el fin del mundo (sin hacer).
15:00-Tomar píldora del conocimiento, ya os explicaremos para qué detenidamente (sin hacer).
15:30-22:00-Descanso (sin hacer).
Como esperaba, también ha cambiado. Mi autoestima ha subido un setenta por ciento, calculo yo. Tengo ganas de sonreír y no poder dejar de hacerlo. Esto es lo que siempre había querido, que algo cambiase. Y por fin sucedió.
Quiero llamar a Tiya. Miro el reloj, y aún me da tiempo a una llamada. Así que cojo el teléfono y tecleo Tiya. Me pongo el auricular en la oreja, y alguien coge el teléfono, pero nadie habla.
-¡¿Hola?! ¡¿Tiya?! ¡¡Me estás asustando!!-Grito, desesperada por oír algo.
Entonces es cuando responden.

domingo, 17 de marzo de 2013

Capítulo tercero.

Aquí os dejo el tercer capítulo. Siento haber tardado tanto, pero es que acabo de llegar a mi casa. Bueno, espero que os guste:) Consejos en los comentarios. Pd: Como prometí, este capítulo es más largo.


Capítulo tercero.

-Informamos de que los científicos de Ristow- mi ciudad- están ya seguros. El mundo se va a acabar en 15 meses y 23 días. Sólo han encontrado una forma de salvarnos. O, por lo menos, salvar a dos personas: Utilizarán dos de las cápsulas de ultra-resistencia indestructibles, reservadas para ocasiones como esta, para salvar a dos personas (un chico y una chica). Pero nadie sabría elegir qué dos personas van a ser, conque todos los habitantes del planeta deberán enfrentarse a nueve pruebas de dura resistencia y sacrificio. Las dos personas que sobrevivan y no abandonen, serán los que tendrán la suerte de salvarse y seguir desarrollándose gracias a las cápsulas. Las pruebas empezarán dentro de cinco semanas…
No sé cómo reaccionar, y lo único que logro hacer es levantarme y seleccionar en el panel de estado de mi smart “reducir”. Entonces el silencio inunda la sala de tecnologías.
<< ¿Cómo he podido ser tan tonta? Sabía de sobra que algún día iba a morir, pero nunca me he detenido a pensar en ello. Me arrepiento por completo. Ahora sólo me quedan cinco o seis semanas de vida… Y no he hecho ni la cuarta parte de las cosas que siempre he querido hacer. En unas semanas, mi vida se va a esfumar, y la he desaprovechado por completo. Me he dejado llevar por la rutina diaria, y no ha cambiado nunca. ¿Qué hago ahora? >> Miles de pensamientos como este ocupan mi mente en este momento.
Yo también formo parte de esto. Yo también tendré que pasar por las pruebas.
Quiero saber más, así que me levanto y vuelvo a seleccionar en el panel de estado “expandir” y “noticias”.
-Se suspenderán las clases a partir de mañana, para que todos los habitantes puedan prepararse para las pruebas. Los robots que se asignaron a cada habitante al nacer, serán los entrenadores personales de cada uno. Sólo serán cinco semanas de entrenamiento, y quien se resista, quedará bajo el poder de Skeyndor-es el país que manda sobre todos los demás-, y ellos ya verán qué hacen con ellos. Tras las cinco semanas de entrenamiento, serán tres meses para realizar las nueve pruebas, y una semana será la que tendrá Skeyndor para decidir quiénes serán los habitantes de las cápsulas. Buena suerte. Aprovechen esta vida.
¿Cuáles serán las pruebas? Estoy segura de que Skeyndor pondrá las peores que se les ocurra, y las más difíciles de superar. Bien, Christine Phoinix, has desaprovechado tu vida. Ve diciendo adiós.
Una débil lágrima sale de mi, acompañado con un gemido. ¿Por qué lloro? Se supone que yo nunca lloro.
No me puedo creer esto que está pasando. Espero que las cinco semanas de entrenamiento al menos sirvan para algo, y pueda superar una o dos pruebas… Al menos eso. Aunque también tengo la posibilidad de retirarme y no hacer las pruebas, pero si hago eso lo más probable es que acabe en Skeyndor, y allí me maten de todos modos. No, no pienso retirarme. Voy a aguantar hasta que ya no pueda más.
¿Y mis padres? Ellos también tendrán que hacer las pruebas. Pero no debería preocuparme por ellos, tan sólo les he visto una o dos veces en toda mi vida, ya que viven en Skeyndor porque éste les obliga. No sé siquiera si están vivos o no. En vez de preocuparme por ellos, debería odiarles, porque no tuvieron la generosidad de darme al menos un hermano para que me hiciese compañía en casa, porque sólo nos permiten vivir con hermanos y hermanas. La culpa de mi soledad es, en parte, suya.
La única que me ha ayudado siempre es Kate. Ella me ha cuidado desde pequeña y, aunque sólo sea un robot y no tenga sentimientos, lo que yo siento por ella es un cariño inmenso. Ella es mi “verdadera madre”.

sábado, 16 de marzo de 2013

Capítulo segundo.

Aquí os dejo el segundo capítulo. Es un poco más corto que el anterior, pero lo compensaré y os prometo que el tercero será muy largo jejeje:) Espero que os guste. Consejos en los comentarios.


Capítulo segundo.

En cuanto suena la sirena que indica el fin de las clases, salgo disparada de mi asiento. Me subo la manga del jersey para dejar al descubierto mi panel de estado, y selecciono “teletransportación” y “casa”. En cuanto aparezco en esta, Kate me saluda.
-Buenas tardes Christine. Has recibido seis llamadas de la misma persona en tu ausencia. Su nombre era Tiya.
-¡Gracias, Kate!-la sensación de alivio que aparece en mi interior es inmensa, y sólo quiero hablar con Tiya y saber qué le ha pasado-¿Me alcanzas el teléfono?
-Claro. Toma.-dice, pasándome el pequeño aparato.
Tecleo el nombre de Tiya y me coloco el auricular en la oreja. Su voz aparece al otro lado.
-¡Hola, Chris!
-¡Tiya! Pero bueno, ¿dónde te has metido?
A continuación, su voz desaparece, y se oyen respiraciones y un grito. Tras unos cinco segundos de desconcierto por mi parte, su llorosa voz vuelve.
-He… He…Yo… He tenido que hacer un recado.
-¿Estás bien? ¿Qué han sido esos gritos?
-¿Qué gritos? Te los has imaginado.
-Pero yo estoy segura de hab…
-¿Te has enterado?-Dice, interrumpiéndome.
-¿De qué?
- Pon las noticias. Ahora tengo que colgar. Adiós, un beso. Te quiero guapa.
-Ad…
No me da tiempo a terminar, cuando escucho la voz que me dice “fin de la llamada”. No me he dado por satisfecha. Es más, creo que la llamada sólo ha servido para hacer que me preocupe más aún. Estoy segura de haber escuchado gritos.
-Le recuerdo que debe tomarse su píldora del conocimiento-dice de repente Kate, bajándome de mi nube.
-Oh, si. Tienes razón. Gracias por recordármelo.
Así que voy a mi cuarto y, sobre mi mesilla, se encuentran las píldoras. Las píldoras del conocimiento sirven para recordar todo lo que has aprendido en el instituto ese mismo día. Hace que las últimas seis horas y media de tu vida no se te olviden jamás. Son bastante útiles.
Después, voy a la sala de tecnologías y enciendo la smart. Es una televisión (creo que así se llamaban antes), pero es 3D y no ocupa espacio. Sólo es visible cuando quieres verla. Así que lo único que hay que hacer es seleccionar en el panel de estados “expandir” y ya está listo. Selecciono también “noticias”, porque Tiya me dijo que las viese. Pero, en realidad, nunca las veo.
Entonces escucho lo que no quería oír, y me arrepiento de no haber tenido tiempo para pensar en la muerte a mi edad, porque ahora estaba segura de que ésta estaba cerca.




Capítulo primero.


Aquí os dejo el primer capítulo. Cualquier cosita en los comentarios, y agradezco los consejos:)

Capítulo Primero.
Mi robot me despierta.
-Arriba, Christine. Son las siete y media. Tienes que ir al instituto.
-Está bien…
Me desperezo y doy un salto de la cama. A continuación, voy hasta el panel de estado que tiene la misma y selecciono la opción “ordenado”. En menos de un segundo, la cama ya está hecha.
A continuación, me dirijo a la cocina, donde se encuentra mi desayuno. Cuando termino, voy de nuevo hacia mi habitación. Voy hacia mi armario y su panel de estado. Selecciono el tiempo que hace hoy (nublado), la temperatura (2 grados bajo cero), a dónde voy a ir (el instituto) y en qué estado de ánimo me encuentro (normal). Entonces, desaparece el pijama de mi cuerpo y  aparece el conjunto perfecto que mi armario ha escogido para el día de hoy: Un jersey de cuello alto color negro y unos sencillos vaqueros color rojo. Seguidamente, me miro al espejo y veo a una chica demasiado delgada, demasiado alta, con el pelo negro y demasiado largo y con una nariz demasiado grande. Lo único que me gusta de esta chica son sus ojos color azul oscuro.  Ellos no transmiten lo mismo que los demás.
Me alejo del espejo, y cojo una de las píldoras de mi mesilla de noche que me limpia los dientes, y voy hacia mi mochila. Selecciono “teletransportación” e “instituto” en su panel de estado, y desaparece de mi habitación. Ahora mismo, la mochila estará colocada junto a mi mesa en el instituto.
Voy hacia la puerta, y mi robot me la abre.
-Gracias, Kate-digo.
-No las des, Christine. Estoy aquí para servirte. Que pases un buen día.
Siempre decía lo mismo. Mi vida era aburrida y monótona. Llevaba 17 años viviendo lo mismo, con la misma rutina. Ojalá no hubiera nacido en el siglo 24. Aquí todo ya está inventado, y no hay nada que hacer, ni siquiera estudiar. No es obligatorio ir al instituto. De hecho, casi nadie lo hace. Pero es una forma de entretenerme, y además ahí tengo a mis mejores amigos.
Al salir por la puerta, meto la mano en mi bolsillo, y saco el papel que contiene mi “nueva rutina” de hoy:
RUTINA DEL VIERNES, 16 DE NOVIEMBRE DEL 2314.
7:30-Levantarse (hecho).
8:00-Ir al instituto (sin hacer).
14:30-Salir del instituto (sin hacer).
14:35-Tomar píldora del conocimiento (sin hacer).
14:35-22:00-Descanso en casa (sin hacer).
Genial. Como esperaba, nada ha cambiado.
Después me levanto la manga del jersey negro, dejando al descubierto mi panel de estado situado en mi brazo. Como hice con mi mochila, selecciono “teletransportación” e “instituto”, y aparezco sentada en mi sitio de la última fila del instituto Big Fire. Como siempre, he llegado cinco minutos temprano. Así que, como siempre, me siento a esperar a que Tiya, mi mejor amiga, llegue.
Mientras espero, entra él. Marcus es cada día mejor. Con esos ojazos color miel, esa piel morena, y su pelo castaño… Es genial. Y además es la mejor persona que he conocido. Nunca le he visto enfadarse. Es único.
Pasan los cinco minutos, y Tiya aún no ha llegado. Es muy extraño. Ella suele llegar puntual.
El robot entra por la puerta.
-Hola, chicos. Bien, hoy voy a hablaros de la contaminación atmosférica. La contaminación atmosférica es uno del mayores prob…
Dejo de escucharle, y lo único que ocupa mi mente ahora mismo es dónde estará Tiya. Ella nunca falta. Es muy extraño. Y pasa toda la mañana, y ella sigue sin llegar. Pienso ir a buscarla, no dejaré pasar este día sin saber si está bien.

Reseña del libro.

Aquí os dejo la reseña de "La décima prueba":
Estamos en el año 2314. Ya no queda nada por inventar, y todo es muy aburrido en la vida de Christine Phoinix, hasta que un día en las noticias, ve lo peor:
-Informamos de que los científicos de Ristow- que es su ciudad- están ya seguros. El mundo se va a acabar en 15 meses y 23 días. Sólo han encontrado una forma de salvarnos. O por lo menos, salvar a dos personas: Utilizarán dos de las cápsulas de ultra-resistencia indestructibles, reservadas para ocasiones como esta, para salvar a dos personas (un chico y una chica). Pero nadie sabría elegir qué dos personas van a ser, conque todos los habitantes del planeta deberán enfrentarse a nueve pruebas de dura resistencia y sacrificio. Los dos que sobrevivan y no abandonen, serán los que tendrán la suerte de salvarse y seguir desarrollándose gracias a que habitarán las cápsulas. Las pruebas empezarán dentro de cinco semanas. Buena suerte.
Christine aún no había tenido tiempo de pensar en la muerte, cuando oyó esto. Tan sólo tenía 17 años. Pero ella no quería morir. No, ella no.

Hola a todos y bienvenidos.

Hola a todos! Gracias por entrar:) Me llamo Paloma, y estoy escribiendo este libro, titulado "la décima prueba", y he decidido colgarlo aquí para que los fanáticos de la lectura como vosotros podáis leerlo y opinar. Cualquier cosita, podréis ponerla en los comentarios y agradezco todo tipo de consejo. Bueno, espero que disfrutéis:)